Pliegos de Poesía

Junto a tu cuerpo

Han caído las estatuas de alabastro y carne.
De pronto somos todos, estamos todas,
sonrientes bajo los árboles, hinchando las alamedas.

Enfundadas las agujas de la impaciencia,
el relente estelar despierta al mundo
vitrificando la herrumbre multitudinaria del oprobio.

Personalmente
he tanteado el suelo a cuatro patas
buscándome los ojos sin encontrarte.
  
¡Quién lo hubiera imaginado!
Rendidos a la austeridad del fuego.
Alegres, sin desearlo fervientemente.
Maromas del mar emergen
buscando nuestras muñecas gélidas.

¡Oh, sí! ¡Estamos todas!
¡Todos!
¡Sonrientes!

Han caído las estatuas de alabastro y carne.
El miedo ha desaparecido y con él
los caminos que nos estaban vedados.

Sin quererlo, sonriente,
boca arriba,
me tumbo junto a tu cuerpo
amarillo
bajo las estrellas.


Hace una hermosa noche de verano.


Damian H. Cuesta